Los albatros murieron en la boca
Las palabras vienen y se quedan mirando
la línea cerrada de la boca
y los albatros
esas criaturas viejas, gigantes y casi extintas
rozan este silencio en medio de la helada brisa
en el roce del agua que sirve para muchas cosas
o casi todas las cosas que los humanos aman.
Vienen con sus alas ligeramente a cerrar los labios
porque hablar a los
albatros puede volver peligrosa
la furia
del viento en la frente
como el agua que corre siniestra entre la suciedad de la tierra
hablar cobija el miedo adentro de la boca
la lengua saborea esa silueta pesada y sigilosa
entre el paladar y los dientes.
A pesar de la gigantesca ave revoloteando en mi boca
he cerrado los ojos con miedo
miedo a ese poder agazapado en la esquina de otro poder
miedo de escribir que un albatros ha maldecido esta tierra.
que lo mató con la ballesta, escribió Coleridge.
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