viernes, 29 de julio de 2022


 Las flores mueren en la madrugada


¿Quién ha tenido una verdad

más real que el rostro de una flor?

no quiero levantarme cada mañana

e ir al fuerte y defenderlo

soy una flor y la fe me tiene

tomada de las manos,

la fe me ha hecho

un agujero en los ojos

donde veo jardines

con arañas tejiendo.


La claridad alumbra los ojos

de los insectos y sus ruinas,

en al aire la claridad asoma

los rostros de las hojas

en la esquina de cada árbol

y de cada flor que habla.


Es un ciclo diminuto de vida,

el sol amanece y respira en el rostro,

la vida entiende todas las señales

que suben por el cuerpo de los árboles

y la quietud mueve en el viento a las hojas.


Del poemario "Los niños que no fueron a la guerra" (2019)