«Tigre, tigre, que te enciendes en luz, por los bosques de la noche ¿qué mano inmortal, qué ojo osó idear tu terrible simetría?» William Blake «Después vendrían otros tigres, el tigre de fuego de Blake; después vendrían otros oros, el metal amoroso que era Zeus, el anillo que cada nueve noches * engendra nueve anillos y éstos, nueve, y no hay un fin.» Jorge Luis Borges Recordaba esta mañana a Borges mientras se desmoronaba un edificio en Bangkok. Lo miraba con tanta claridad por la pantalla del celular detenía el vídeo y recordaba a Borges decir que el tigre más devastador era de oro pero el origen fue Blake quien lo habría visto primero, terriblemente reflejado en la creación de alguien o algo. Blake preguntaba una y otra vez sobre su origen. El origen es singular, el principio se hila lentamente mirando hacia todos lados y escogiendo dubitativamente los detalles menores y las circunstancias mayores del artefacto creado. Regreso el video y pienso en ese hermoso edificio que tomó siglo...
Todavía cobro por hacer ciencia, aunque vea de reojo y con temor a quienes están continuamente corrigiendo a los que somos aprendices. No hay tregua ahí. El mundo de la investigación se parte entre quienes humillan y quienes son humillados. Bueno, el que se lo cree. Pensaba mucho en eso trabajando, recibiendo clases e intentado hacer investigación porque no quería aceptar que el ego que flota alrededor de quienes hacen investigación es más alto y ancho que los edificios donde caminan todos los días. Un día, no sé cómo ocurrió, por gracia y bondad de la vida, pude alejarme de ahí; aunque la investigación me permite recibir un salario todos los meses, al menos por el momento, me aparto lo más que puedo y trabajo con quien solicita le apoye. Pensaba que era imposible porque recibía ese continuo de desprecio de docentes e investigadores en los últimos cinco años. Nadie sabe más que ellos. Y te insisten que para que llegues ahí debes decir con mucha prestancia términos y palabras compl...
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