Únicamente, lectores.

En las expresiones artísticas todo aquello que miramos, tocamos o escuchamos tiene un efecto más inmediato. La lectura tiene esa otra cosa extra.

Esa diferencia es importante porque quien lee debe realizar ese esfuerzo límite de la atención sostenida brevemente. En ese mínimo de tiempo se asumen muchas cosas: emoción, reflexión, sensación de lo que sea; pero sensación, evocación (memoria personal o colectiva)...eso debería causar un poema.

Para quien escribe poesía depurar una idea o una emoción sospecho que pasa por momentos más lentos o momentos de golpe para lograr lo que quiere. Luego a revisar, a veces, no hay que revisar nada porque se arruina y etcétera. Cada quien sabe cómo funciona su máquina, su modo y su estilo.

Por eso ningún poeta le puede decir a otro cómo ni qué escribir, un poeta no puede ser profesor de otro poeta. En el caso de la poesía es así, es mi opinión muy personal. En el caso de la narración es probable que la necesidad de la corrección de estilo permita levemente esa intromisión, aunque lo dudo.

Escribir poesía es paciencia pura. Es probar la rudeza del tiempo. No requiere que nadie te diga cómo hacerlo, uno lentamente con los años llega a saber, no sé cómo, llega a saber la forma que uno busca. Por eso no se escribe para otros escritores ni poetas, se escribe solo y únicamente para lectores.

Escritores y poetas también son lectores, quizá, y espero, de los más aventajados. Uno aprende realmente cosas interesantes sobre la poesía, leyendo de todo. Es lindo cuando quien lee se detiene y se interesa. Es lindo cuando un poema gusta. Esa es la mejor parte de escribir poesía. No hay más. Un escritor escribe para que lo lean. No hay más.

          Fuente: https://unsplash.com/es/s/fotos/libro-antiguo

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